La licenciada Beatriz Goldberg aborda en este libro la problemática de las mujeres que llegan a la mediana edad y se refiere a esta etapa vital con una expresión «refrescante»: segunda adolescencia.
Esto no significa que las mujeres, al llegar a los cuarenta, imiten la conducta de las adolescentes para seguir siendo eternamente «jovencitas». Lo que sucede es que en esta etapa, también de crisis, hay otra vez una «revolución» de hormonas que afecta cuerpo y mente, y una necesidad existencial de buscar nuevos horizontes.
En estos aspectos, la primera y esta segunda adolescencia se parecen, pero se diferencian también, porque se tiene el plus de la experiencia que deja el camino andado. Una experiencia que hay que saber aprovechar para salir airosas y pisando fuerte. Se debe disfrutar de la ventaja (hay mucho para ganar) y dejar de pensar melancólicamente en lo que «se va» o «no pudo o no puede ser».
Hoy, las mujeres de cuarenta y más años tienen ímpetu, pasión y enormes ganas de «hacer cosas». Pueden que sean distintas o las mismas, pero en ambos casos las emprenden con renovado brío y una nueva y vital actitud. Son mujeres en cambio, y eso es ¡MARAVILLOSO!
Verdadera guía para la segunda adolescencia, este libro desborda de herramientas que ayudan a vivirla a pleno. Con chispeante lenguaje, se suceden historias y anécdotas «a modo de ejemplo» de las diversas situaciones analizadas; tests para autoevaluar respuestas antes distintas circunstancias; tipologías para (re)conocerse mejor, y útiles consejos y sugerencias. Además, graciosas y bellas ilustraciones acompañan el texto para agregar su propia cuota de humor chisporroteante.
Una obra pensada con inteligencia para mujeres de hoy que han cumplido o se acercan a los cuarenta, que habla de cómo se puede vivir mejor esa etapa, que es de plenitud, desarrollo vital y ambiciosos proyectos para concretar. ¡Una etapa de cambio, mujeres en cambio!
Nota: Por supuesto, los señores quedan invitados también a recorrer estas páginas; hallarán elementos que les permitan convivir mejor con «ellas» y… ¡se llevarán más de una sorpresa!